Los buques que circulen por este mar, que concentra un quinto del comercio mundial, deberán cumplir con nuevos estándares ambientales que podrían impactar en los precios de las importaciones.
A partir del 1 de mayo de 2025, el mar Mediterráneo será oficialmente designado como Zona de Control de Emisiones para óxidos de azufre (SOx) y material particulado. La medida, impulsada por la Organización Marítima Internacional (OMI) en el marco del Anexo VI del Convenio MARPOL, obliga a los buques que transiten por esta zona a utilizar combustibles con un contenido de azufre no superior al 0,10%.
Este cambio regulatorio tiene como objetivo mejorar la calidad del aire en las regiones costeras mediterráneas, donde habitan millones de personas, y reducir significativamente las emisiones contaminantes derivadas del transporte marítimo. Pero también representa un nuevo desafío para el comercio exterior: las empresas logísticas deberán adaptarse a mayores exigencias operativas, con impacto directo en tiempos, rutas y costos del transporte marítimo global.
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